El preocupante ciclo de vida del Internet Explorer

Una de las grandes molestias que debe atravesar cualquier desarrollador web es la de lidiar a diario con distintos navegadores. Hoy en día que un sitio se ve bien en los distintos navegadores propone un desafío de lo más interesante, y si bien es algo perfectamente factible de lograr, supone una perdida de tiempo, en especial si lo vemos desde el punto de vista de que existen estándares web y que la compatibilidad entre navegadores debería ser absoluta si los mismos se respetan.

No lo podemos evitar, es algo con lo que debemos vivir. En la actualidad podríamos definir cinco grandes jugadores: Internet Explorer, Firefox, Chrome, Safari y Opera. Cada uno con una porción de mercado distinta, en septiembre de este año el porcentaje de uso se encuentra así: Internet Explorer 22.9 %, Firefox 39.7 %, Chrome 30.5 %, Safari 4.0 %, y finalmente Opera 2.2 %.

Tenemos 5 navegadores de escritorio, compatibilizar un desarrollo si bien representa un problema no parece algo demasiado grave. Pero existe un problema mucho mayor, que es justamente el motivo de esta entrada, las versiones, y es justamente un problema que se encuentra estrechamente relacionado a Internet Explorer y el ciclo de vida que Microsoft le asigna a sus productos.

ciclo vida ie

Microsoft desde sus últimos lanzamientos marco una periodicidad anual de publicación de nuevas versiones de su navegador. Hasta ahí todo bien. El problema es que, según se indica en sus políticas, el ciclo de vida de un producto de la empresa es de más de 10 años.

Como indica Paul Irish en su articulo IE[x] is the new IE6, estamos diciendo que IE8 va a pasar al olvido oficialmente dentro de 9 años. Si se mantiene el ritmo de lanzamientos vamos a tener la versión oficial de IE17 lista para descargar para cuando la baja de IE8 sea real.

¿Se imaginan diseñar un sitio y tener que probarlo en 10 versiones distintas de IE?

Si bien no soy usuario de IE voy a reconocer que desde la versión 7 el asunto de los estándares fue mejorando progresivamente, no obstante Internet Explorer a diferencia de otros navegadores cuenta con otro problema. La adopción de nuevas versiones por parte de sus usuarios.

Adopción Internet Explorer

Caso completamente opuesto ocurre con los navegadores que se actualizan de forma silenciosa. Por ejemplo Chrome.

Adopción nuevas versiones Chrome

En el post de Paul Irish se habla de 72 versiones distintas de navegadores si contamos los distintos modos posibles. En lo personal no creo que lleguen a ser tantas versiones, al menos no con diferencias significativas entre sí. Sin embargo ya me supone una migraña que alegraría considerablemente a las farmacéuticas tener que probar un sitio en más de 10 versiones distintas de un mismo navegador.

Y eso que todavía faltaría hablar de los navegadores móviles…