Con el paso de los años creo bastante curioso comentar que la cantidad de reuniones semanales que tengo descendió de forma indirectamente proporcional a la cantidad de clientes que tengo. Y es curioso porque al principio solía reunirme mucho ahora con mas clientes la lógica seria tener aun mas reuniones que antes, pero ocurre exactamente lo contrario. Por lo tanto me puse a analizar la razón de esto y me di cuenta que principalmente la cantidad de reuniones se redujo considerablemente por el uso del correo electrónico y de las llamadas telefónicas. Algo que en mi opinión se vio reflejado en un aumento de la productividad.
Las reuniones en general estas compuestas por varios factores que no hacen al trabajo y al motivo principal por los cuales se consideran. Por ejemplo para reunirnos con alguien tenemos que: acordar la reunión, viajar a ella, esperar a que lleguen todos, hacer una pequeña introducción, derivarse hablando de otros temas, y finalmente charlar sobre los temas por los cuales nos reunimos principalmente. Obviamente las reuniones tienen cosas positivas, es una forma buena de afianzar nuestra relación con nuestros clientes. No obstante cuando la relación ya esta constituida y afianzada lo que yo recomiendo es evitar las reuniones, de esta forma ahorramos tiempo, por ejemplo cuando uno escribe un correo electrónico difícilmente se detenga demasiado en la presentación personal, mucho menos en hablar del clima, un correo bien escrito es conciso y va directo al grano.
Así y todo cuando la reunión es inminente una buena práctica es llevar en una hoja punto por punto los temas pertinentes a tratar, esto es bueno por varias cosas, la primera es por una cuestión de organización, de esta forma no dejaremos nada suelto y por otro lado nos hace enfocarnos en los temas centrales.
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