El verdadero problema de posponer

Tiempo Es parte de mi naturaleza tener la tendencia de posponer toda tarea que me desagrade, ya sea de magnitud épica o bien una pequeñez tan insignificante que no merezca prácticamente la atención de nadie. Pero con los años fui conociéndome un poco a mi mismo para mas o menos lograr equilibrar este mal habito que es el de posponer ciertos asuntos.

Creo que a diferencia de otras personas, en mi caso, yo suelo posponer las cosas que realmente me irritan, no por eso mi actuar sea justificable. La cuestión es que desde hace unos días vengo pensando cual es la raíz del problema, porque hablando con varios amigos llego a la conclusión que el don de no posponer absolutamente nada es de unas muy pocas personas, y son estas las que tienen un control casi absoluto de su agenda volviéndose personas de acción y de continuo avance.

Vamos por partes.

¿Qué es posponer algo? Definición de diccionario: Retrasar o retardar una cosa en el tiempo para realizarla en un momento o en una fecha posterior. Algunos de mis ejemplos preferidos que escucho mucho en el ámbito laboral.

  • Después le respondo el email a este cliente que es un pesado.
  • Después arreglo este código que la programación general de todo es un desastre.
  • Después imprimo estos documentos para entregar en el banco.
  • Después voy a hacer aquel trámite.
  • Después llamo a fulanito que no se que me tenia que preguntar.

Y seguramente recordaran muchas otras frases similares, ya sea que uno mismo dice o bien escucha a clientes, compañeros de trabajo o amigos.

Ahora que todos nos sentimos identificados (probablemente) y admitimos que en gran parte todas o casi todas las personas somos de posponer asuntos, tendríamos que analizar un poco algo aun más importante… ¿Vale la pena posponer estos asuntos? Yo creo que no, pero por dos motivos, uno es de suponerse, y el otro es aun más trascendental e importante en nuestra vida.

El primero de los motivos: Tarde o temprano vamos a terminar haciendo estas cosas, y en general hacer las cosas después siempre conllevan otros problemas, por ejemplo si hablamos de clientes, el demorar una entrega viene de la mano de una mala imagen y de muchas quejas. Además que las cosas que son pospuestas tienen a acumularse, y en gran medida nos terminan abrumando en algún momento de nuestra existencia.

El segundo de los motivos y el mas importante: El tiempo que lleva pensar en las cosas que debemos hacer y no hacemos. Aquí es donde yo veo el mayor de los problemas de posponer, no en el asunto en si de lo que tenemos que hacer y no hacemos, sino en las energías que ocupamos en pensar lo que estamos debiéndole a nuestra agenda y no queremos pagarle con nuestra voluntad y trabajo.

Cuantas veces pasamos que tenemos que responder un correo y no lo hacemos y pensamos en el día unas 10,15 o 30 veces que tenemos que hacerlo si o si. Durante todo ese tiempo que nos detenemos a pensar que no estamos haciendo algo que debemos estamos desviando nuestra atención, haciendo que un simple pendiente se transforme en una traba para realizar otras tareas, que lamentablemente y por regla casi general, serán aun de mas importancia que el pendiente en si.

Yo estoy luchando bastante con no posponer mis asuntos pendientes, y mi sorpresa fue darme cuenta que muchas veces las cosas que no hago en realidad se pueden terminar en minutos, haciendo que sea una tontería demorar en concluir estas tareas. Quizás y solo quizás en su caso pase lo mismo y esta simple experiencia que les acabo de relatar les haya sido de ayuda.

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