Las reuniones en general estas compuestas por varios factores que no hacen al trabajo y al motivo principal por los cuales se consideran. Por ejemplo para reunirnos con alguien tenemos que: acordar la reunión, viajar a ella, esperar a que lleguen todos, hacer una pequeña introducción, derivarse hablando de otros temas, y finalmente charlar sobre los temas por los cuales nos reunimos principalmente. Obviamente las reuniones tienen cosas positivas, es una forma buena de afianzar nuestra relación con nuestros clientes. No obstante cuando la relación ya esta constituida y afianzada lo que yo recomiendo es evitar las reuniones, de esta forma ahorramos tiempo, por ejemplo cuando uno escribe un correo electrónico difícilmente se detenga demasiado en la presentación personal, mucho menos en hablar del clima, un correo bien escrito es conciso y va directo al grano.
Así y todo cuando la reunión es inminente una buena práctica es llevar en una hoja punto por punto los temas pertinentes a tratar, esto es bueno por varias cosas, la primera es por una cuestión de organización, de esta forma no dejaremos nada suelto y por otro lado nos hace enfocarnos en los temas centrales.